lunes, 18 de junio de 2007

ELLOS & ELLAS. Amor y sexo en Vieja Nueva York.

Una relación larga. ¿Quién sabe que es eso en este siglo? El amor de nuestra vida realmente tiene que ser perfecto… Yo no soy perfecta. Supongo que viene a decir que el amor perfecto es el que aguanta a tu lado a pesar de que la vida, o tu mismo, se empeñen en putearte por todas partes para hacer lo posible porque lo egoístas que somos salga a la luz. En la sociedad de los adultos consentidos ¿qué estás dispuesto a aguantar?¿Necesitas estar solo para reconocer? ¿Qué necesitas para encontrarte? ¿Cuánto me quieres? ¿Qué estoy dispuesto a darte de mi?

¿Hablamos de tópicos? Pero no los tópicos antiguos sino los nuevos tópicos. ¿Te estas tomando un descanso para escribir un libro? Como si uno no pudiese hacer otra cosa en la vida que escribir libros. O como si todos pudiésemos escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Pues a mi se me mueren hasta los cactus, así que alguien debería de plantar el árbol que me toca a mi, de hacer el niño me encargo yo que es divertido, como la publicidad. Todo son quejas, ¿la publicidad es superficial? Por qué todo tiene que ser profundo, adoro ser superficial y comprarme esos zapatos de los que me he enamorado esta temporada. ¿Todos moriremos? Sí, asúmelo, no lo tomes como una manera de esconderte, espero haber hecho muchas cosas antes de que suceda pero sino por lo menos me he divertido siendo superficial, y no plantando un árbol. Ups, todavía no tengo el libro. ¿Te has fijado que tengo un reloj biológico? Aquí una recomendación, si quieres un niño solo tienes que quedarte preñada, o adoptar, no hay que aguantar a un pelmazo/a, hoy en día los niños crecen muy bien en familias monoparentales. Y un largo etcétera con el que no acabaríamos nunca.

Es cuando menos floja. Como diría algún profesor de literatura, se pierde en disquisiciones semánticas. Mi corazoncito no ha sentido el vuelco. Es un intermedio entre un drama que no llega y una comedia romántica que no es comedia. Son neoyorquinos, parece que para ser neoyorquino hay que estar un poquito desquiciado y no reconocer el amor, sino que se lo digan a Mr. Big. Y a pesar de que todos estamos un poco locos, estas parejas cosmopolitas en concreto no llegan a mi corazón.

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