lunes, 3 de septiembre de 2007

AMOR Y OTROS DESASTRES. Punto intermedio.

Esta es la otra cara de la moneda, está entre comedia romántica y vida real. En esta película creces con los personajes. Hay personajes desquiciados, desequilibrados y excéntricos. Ves como se equivocan porque han aprendido que el amor es como en las películas. Nadie en la vida real es como en las películas, excepto quizás en el cine europeo. Poco a poco evolucionan y se dan cuenta de que no suenan violines, ni va a venir el doctor macizo a rescatarte. Advierten que tienen que arriesgarse y al final, si tienes suerte, y eliges adecuadamente, puede que encuentres a alguien que te sorprenda y te aguante el resto de su vida.

El toque guión de película es genial y tiene momentos realmente sorprendentes. Aunque en ocasiones los actores o las situaciones no están a la altura, el guión y los diálogos la hacen excepcional. Y el conjunto es sublime. Adoro a Santiago Cabrera (Paolo), que gana mucho en versión original, aunque nunca creerías que es argentino. Me ha encantado las partes en las que dicen “si esto fuera una película…” las cosas saldrían así. Y aunque lo he visto en otras ocasiones el hecho de que esta película tenga momentos de película hace que sea divertido el gag. Y te enamoras, casi sin querer de la loca Brittany Murphy (Jacks) y de su fiel “gay” compañero Mathew Rhys (Peter) y hasta del malvado Elliot Covan (James).

Es un poco El diablo viste de prada con las neuras de Ally McBeal y el crecimiento emocional de Jennifer Aniston en Mucho más que amigos. Una comedia romántica algo cínica sin dejar de ser comedia y con un fondo moda con influencias de Vogue o Sexo en Nueva York. Amor cínico chic.

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