lunes, 3 de septiembre de 2007

HASTA QUE EL CURA NOS SEPARE. Hay que romper antes de casarse.

Estresante es la palabra que la define. ¿Qué pareja se casa sin haberse peleado nunca? ¿Qué pareja no se ha peleado nunca!? ¿Quién se casa con alguien al que nunca le ha dicho lo que piensa!? Y lo que es peor ¿Quién piensa que un matrimonio sin peleas tiene éxito? ¿Quién piensa que pasarse la vida siendo otra persona hace bien a alguien? Que cansado eso de no poder ser tú mismo en casa y no poder decir lo que piensas. Una cosa es ocultar que has conocido a una tía que está buenísima y otra es pasarte toda la vida diciendo “Sí, cariño” mientras piensas, “¿¡Cómo!?, tu estas loca”. Somos perfectos (lo escondemos todo para que no se enfaden). Aunque yo soy de la opinión que lo que se oculta siempre es peor que decir la verdad.

No se quién pensó la película, pero es horrible. No refleja para nada una pareja, vale, quizás el concepto de pareja que tenemos a los 15 años, pero eso no es amor, es fantasía. Es cenicienta, y vivieron felices para siempre. Pues claro que no fue siempre feliz, pero valió la pena. No sé, creo que querían decir que el amor es bonito al principio cuando todavía no hay peleas y eso, pero que el verdadero amor es el que aguanta las peleas. Pero no me ha transmitido eso, sólo quería gritar. Era como estar viendo un accidente y no poder hacer nada. Y el único que hacia algo era un cura cabrón. Quizás conmigo no se pueda convivir más de 20 minutos sin pelearse o al menos discutir. Pero creo que si alguien tiene que quererme me debe querer por quien soy. Y para ello expreso mis opiniones. No niego que hay muchas maneras de decir las cosas pero, hay que decirlas. Lo que se calla se queda dentro.

¡Qué estrés de película! Pero he sobrevivido. Sólo quieres matar al cura y a los novios. Al cura por cabrón y a los novios por gilipollas. No se puede ir así por la vida. Que la vida no es un cuento y necesitas a alguien en quien apoyarte y ese si tienes pareja debe ser él. Si no es él o no lo conoces, plantéate tu relación, por tu bien y el de tu psicólogo.

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