domingo, 2 de septiembre de 2007

LA FUENTE DE LA VIDA. Surrealismo en la pantalla.

Me ha costado mucho verla. Esperaba una película hermosa y todavía no he decidido que pensar de ella. Quizás sea como la de Más allá de los sueños, que es más bonita y comprensible cuanto más la ves. Es amor. Y el amor parece que a veces se presenta de una manera estética y profunda que sólo comprende quien compone la obra. No es una película para todos los públicos y yo no diría que la volvería a ver. Pero me ha dejado una sensación de calidez en medio de un invierno nevado. De amor a las puertas de una muerte anunciada.

Pienso que intenta contar la historia a través más de la forma, porque el contenido supeditado a está. El espectador sale confuso, extrañado, sorprendido y estupefacto ante lo que acaba de ver. Es sutil, es contundente y es una explosión fotográfica ante los ojos del vidente. Existen tres planos en los que se aman, la vida real, el libro y la mente.
Es un amor en tonos dorados. Es un amor metafísico. Es un amor dependiente. Es un amor incompleto. Es un amor en varios planos. Es un amor dibujado en el surrealismo.

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